Título: Nombres de mujer.
Autora: Esther Chinarro.
Nº de páginas: 81 págs.
Editorial: Ediciones Atlantis.
Fecha de publicación: 2016.
SINOPSIS:
"Nombres de mujer" es una antología compuesta de ocho relatos independientes. Los títulos de los cuentos se corresponden con distintos nombres de mujer, cuyo simbolismo queda reflejado a lo largo de cada trama, llegando a fundir realidad, magia y fantasía, ofreciendo al lector, no sin cierto grado de suspense, un desenlace sorprendente e inesperado. Sentimientos, virtudes, defectos y distintas realidades sociales crean un escenario impregnado de discretas enseñanzas que mantienen hasta la última página de la narración, el interés de quien desea disfrutar escuchando su propia alma.
RESEÑA:
Pues de nuevo os traigo una reseña de Esther Chinarro, esta vez sobre su antología titulada Nombres de mujer. Un conjunto de ocho relatos cuyos títulos de cada uno de ellos son nombres de distintas mujeres que hacen referencia al simbolismo de la historia de cada relato de una forma delicada, sutil y sublime que consigue transmitir al lector el profundo mensaje que esconde cada pequeña historia.
El primer relato se titula Luz, y admito que tuve que releerlo un par de veces porque creo que es uno de los más trabajados y mimados por la autora.
El segundo Esperanza, que como el propio nombre indica nos habla simbólicamente sobre los errores cometidos y la pérdida de esperanza.
El tercero se titula Olvido, y la trama se sirve del propio título.
El cuarto, Linda, transmite un mensaje sobre la verdadera belleza de las personas, es decir, la belleza interior.
El quinto, Soledad, hace honor al propio título.
El sexto se llama Luna, este relato también lo he tenido que releer hasta encontrarle su interpretación.
El séptimo, Victoria, hace alusión a la batalla personal de una persona atrapada en un cuerpo cuyo género no es el deseado.
El octavo y último relato se llama Dulce, y tiene que ver con los problemas alimenticios y las enfermedades provocadas por esos trastornos.
La verdad es que no sé cuál relato me ha gustado más porque todos me han emocionado de una manera muy especial, sin embargo, voy a destacar Victoria, Dulce, Soledad y Esperanza que son los que a mí me han llegado de forma más sentimental en base a mis experiencias e ideales personales, por decirlo de alguna manera.
Cada relato se centra de forma sutil en temas que el propio título indica, enlazándolos metafóricamente con otros temas como la violencia de género, los recuerdos, la orientación sexual, la anorexia, la perdida de fé, la belleza, suicidio... temas que te hacen reflexionar y que se clavan en el corazón por la magnitud de las emociones que has sentido durante su lectura.
Como veis, son temas delicados y complicados pero que Esther lo embellece con su prosa y sus simbolismos.
Al finalizar cada relato, la autora nos otorga con un pequeño párrafo explicativo de la historia a modo de moraleja, que le agradezco por ello ya que me han gustado muchísimo y, además, me parecen super adecuadas.
Una vez más, me sorprendo al encontrarme con pequeñas y cortas historias que consiguen de igual manera adentrarme en ellos. Siempre pensé que los libros más extensos eran mejores para conectar y empatizar más pero con Esther he aprendido que no es así porque un libro corto pero bien narrado puede llegar a provocarte las mismas o más sinceras emociones que uno de mayor grosor.
De hecho, siendo sincera, pocas veces me he animado a leer relatos ya que tenía este pensamiento incorrecto en mi cabeza y por eso ahora me gustaría haceros recapacitar a vosotros sobre ello y haceros ver que también hay que animarse a leer no solo géneros que aún no hayamos explorado sino también libros o relatos cortos porque lo verdaderamente importante no es el género o la extensión sino la forma en que está escrito y lo que transmite al lector.
La autora juega con la imaginación y la realidad despertando en el lector la comprensión de las reflexiones y mensajes que intenta transmitir a través de una nueva perspectiva que logra emocionar por el contenido del profundo significado que nos enseña con un lenguaje poético.
Esto consigue que recapacitemos sobre pensamientos e ideales que ya teníamos, sin embargo, ahora reflexionamos de nuevo sobre ello gracias a la autora de una manera más placentera mediante historias que te hacen empatizar con los personajes.
Se nota que Esther ha puesto su alma en sus palabras y creo que por eso ha conseguido emocionarme tanto. Por tanto, no me queda nada más que recomendaros esta antología que dice tanto en tan pocas páginas y que te dejara con una sensación melancólica pero muy satisfactoria.
Animaos a descubrir estas grandes mujeres que de una manera u otra dejarán huella en ti.